miércoles, 17 de noviembre de 2010

Promocionando medicamentos

Hoy he estado viendo los datos de consumo de un nuevo principio activo que según toda la información que tengo no es mejor que lo que ya había, que en teoría se utilizaría como segunda línea de tratamiento y que iría dirigido a un grupo específico de pacientes... suena bien, ¿no?.
Seguro que muchos saben de lo que hablo, pero no por ello puedo evitar volver a decirlo porque pasa una y otra vez. Me refiero al doble (o triple) mensaje que recibimos durante la promoción de los medicamentos, que no por sabido y sufrido deja de ser incómodo y bastante traicionero.
En la parte que me toca (gestión farmacéutica) cuando hay un nuevo fármaco en el mercado hay dos o tres frases que siempre están en la presentación del mismo y que muchas veces parecen (o quizás son) sinceras, pero ya hasta de eso dudas algunas veces. ¿Alguien sabe cuáles son esas frases?, seguro que mis compañeros en las gerencias de área las han escuchado alguna vez: "Este medicamento no va a suponer un incremento del gasto" y "nosotros le decimos al médico que sólo lo utilice en el grupo específico de pacientes al que va dirigido"... y para rizar el rizo esta otra perla "por supuesto que sabemos que no es de primera línea, sólo hay que utilizarlo cuando el paciente no responde al tratamiento habitual".
Pero resulta que uno, por suerte, tiene amigos en las consultas. Médicos que están en la trinchera día a día, viendo pacientes, recibiendo información de nuevos medicamentos, leyendo artículos científicos cuando tienen tiempo, en fin, lo que es el trabajo diario de un médico en un centro de salud. Y cuando a ellos les cuentan esto las frases no son las mismas, ni se parecen. Hay mucho de "con esto baja más el colesterol", "hay una publicación en el Lancet", "la Agencia lo ha autorizado", "tus compañeros ya lo usan y va muy bien", "el especialista fulanito es un gran defensor de este producto", "mira estos gráficos para que veas lo bueno que es", "yo tengo claro que es lo mejor, tú sabes que si no lo fuera no te lo diría"... y algunas otras cosas que me da reparo escribir, como comparaciones con placebo, resultados en grupos seleccionados de pacientes, referencias bibliográficas difusas y cosillas así.
Sería gracioso que alguna vez los mensajes se cruzasen, que al médico que prescribe le dijesen que sólo lo utilice cuando no funciona el tratamiento habitual, que sólo lo cambie si lo anterior no funciona, que no se lo puede prescribir a cualquiera, que los números que aparecen en ese ensayo tan bonito son de pacientes que no se parecen mucho a los suyos...
Creo que es poco probable que eso pase, aunque seguro que alguna vez sí que ha sucedido, no lo podemos negar. Pero lo cierto es que la mayoría de las veces no pasa, que todo el mundo tiene presiones y hay una guerra abierta por colocar productos nuevos que desplacen al anterior o la nueva modalidad para no atacar al vecino, que lo complementen, así entre bomberos no se pisan la manguera.
Y justo cuando iba a publicar esto (que escribí ayer) me manda una compañera este enlace, que no tiene desperdicio.

Y para ahogar la sensación amarga podríamos brindar con un libro estupendo que me regalaron hace bastante tiempo acompañado de una de las dedicatorias más chulas que he leído. Es un libro que merece la pena leer, especialmente a los que os guste el buen vino. (Aunque de Noah Gordon es a mi modo de ver imprescinble leer "El médico", fantástico).