lunes, 30 de agosto de 2010

Niños hiperactivos

Lo de hoy es porque escuchaba el fin de semana un postcast de la Rosa de los Vientos de Onda Cero (programa muy recomendable que inició Juan Antonio Cebrián) en el que Bruno Cardeñosa hacía la siguiente introducción:
"Hace poco fui a una consulta médica para preguntar qué podía pasarle a mi hijo de 8 años, que era revoltoso, no para quieto, es imposible convencerlo para realizar sus tareas y saca malas notas.  La respuesta fue que seguramente el niño era hiperactivo, que debería acudir con él a la consulta y que probablemente habría que tratarle farmacológicamente."
Esto que cuenta en su programa lo hizo para confirmar lo que había leído sobre este trastorno, no como un caso real. Afortunadamente lo que le dijeron del niño no debe ser lo habitual, pero seguro que pasa muchas veces.
Uno ya va teniendo una edad y afortunadamente sigo en contacto con los amigos de la infancia, con los que compartí escuela en el Colegio Amando Barbosa. Unos se portaban mejor y otros se portaban peor, algunos eran más revoltosos y otros menos, unos estudiaban más y otros menos… pero entonces no existía el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, lo cual creo que era bueno, porque en vez de hacer que "nos portasemos bien" con pastillas lo que se llevaba era echarnos una bronca o recibir algún tortazo del profesor (en los años 70 si el profesor te daba una torta no le denunciaban, es más, podías llevarte otra en casa si tus padres se enteraban).
Desde luego entre mis compañeros y compañeras de escuela hubo de todo, pero los que dejaron los estudios no fue por ser hiperactivos, sino porque no les gustaba estudiar, tenían otras inquietudes o simplemente tenían claro que su futuro estaba en otra parte. Y ahora cuando nos vemos recordamos esos años con cariño, con sus momentos buenos y malos… Y al que era más travieso en lugar de un tratamiento farmacológico lo que hacía el maestro era sentarlo en la primera mesa, para tenerlo controlado.
Posteriormente, cuando la gente empezó a oír a hablar del “niño hiperactivo”  los padres de algunos de los niños que iban mal en el colegio tenían la explicación perfecta para ello: “es hiperactivo”. Volviendo al pasado, antes cuando uno iba mal en la escuela le decían que a lo mejor necesitaba gafas e iba al oculista por si acaso, ahora ya le mandamos al psicólogo por si es hiperactivo. No deja de ser un chollo, porque ahora cuando un niño no para quieto, enreda con todo, no hace caso a los mayores… es “hiperactivo” y hay que tratarle, antes simplemente era un niño muy travieso.
No digo que no exista este trastorno, hay especialistas que lo defienden y otros que lo consideran una enfermedad inventada, hay opiniones para todos los gustos y gente con posturas muy enconadas (especialmente entre los que lo consideran una enfermedad). De todas formas no deja de ser curioso que si en internet ponemos www.trastornohiperactvidad.com nos lleva a una página patrocinada por... el laboratorio Janssen Cilac. Lo siento, pero no creo que esta página pueda ser muy objetiva. Aunque doctores tiene la Iglesia.
Por cierto, los Simpsons tratan este tema con la gracia e ironía tan peculiar de esta serie en la temporada 11, capítulo 22. Seguro que muchos lo habéis visto, cuando Bart es tratado con “focusín”.

2 comentarios:

  1. Me alegra verte de nuevo.
    Comparto tu opinión, creo que el generalizar es cómodo (para padres sobre todo, para el médico después, sin dejar atrás la industria...) pero está haciendo daño.
    Yo recetaría en la mayoría de los casos dosis a medida de educación cada cuatro horas mínimo.
    Siempre hay excepciones...

    ResponderEliminar
  2. Y mas cómodo para los profesores, desde el momento en el que se etiqueta al niño/a, ya se le puede aparcar en clase, y que no venga sin tomar la pastillita, para que no moleste claro

    ResponderEliminar